“Si para usted es un orgullo ser gay, para nosotros no”

Llevo ocho años trabajando para ayudar a mejorar la calidad de vida de la población LGBTI y de habitantes de calle, también he realizado trabajo con adulto mayor y les puedo decir que es enriquecedor vivir la experiencia de desprenderme de lo que en realidad no necesito y regalar de lo que tengo. Este mundo está lleno de obstáculos, de historias de vida tristes y de malos ratos pero también hay amor, hay ilusión y hay esperanza de vivir y ver un mundo mejor.

Lo que he venido haciendo tal vez no haya hecho mucho la diferencia en nuestra realidad santandereana pero sí estoy convencida de que cada día debo dar algo, devolver algo, por lo menos mi tiempo para escuchar, para asesorar y tratar de ayudar a quienes no han tenido la posibilidad de vivir con plenitud y tranquilidad.

Ese tiempo que doy, es con amor y humildad. Me decía un compañero que hay trabajos, hay ocupaciones que requieren mayor compromiso porque no solo debemos tenernos en cuenta a nosotros mismos sino que cada palabra o lo que hacemos puede tener un impacto directo en la vida o el comportamiento de alguien más. Y hoy creo que es una completa verdad.

La mayoría de personas han crecido sabiendo que si algo malo sucede la familia es un apoyo vital, que siempre nuestras madres nos van a amar de forma incondicional y que en nuestros hogares hay paz y entendimiento. Pero ¿qué pasa cuando es allí donde se vive un tormento?

Parte de la población LGBTI no ha contado con el amor y el respaldo de la familia, esto es triste y en algunos casos llega a ser desgarrador. Personas trans dejan sus hogares para vivir en las calles, exponiéndose a infinidad de peligros desde muy corta edad, así mismo sucede con lesbianas, hombres gay y demás.  En lo que va del año, he abordado a 36 personas parte de esta población a quienes les he abierto las puertas de mi casa y de mi corazón para buscar soluciones en pro de un porvenir mejor y ha sido un viaje duro pero necesario.

421794_12494_1
                                       Fuente: Revista Semana 3/21/2015

No digo que no cuente con la experiencia en estos temas y que no esté en capacidad para abordar algunos casos, pero sí estoy segura que una ‘salida del clóset’, una primera experiencia amorosa, una relación sexual e inclusive un encuentro con uno mismo debe sin duda ir de la mano del núcleo familiar, es lo más sano. Por lo menos mientras crecemos, pero el problema es que no se está dando así, hay soledad, angustia y miedo cuando nos vamos conociendo y no vemos personas parecidas o no nos sentimos identificados con nada.

Heike Freire, es una experta en educación innovadora, en nuevas alternativas para hacer pedagogía, dice que sí es posible cuidar y proteger a nuestros hijos permitiéndoles crecer. No debemos ahogar a nadie exigiendo comportamientos iguales a los nuestro, ni mucho menos imponer formas de sentir pero sin duda debemos acercarnos los unos a los otros y entendernos, conocernos y no juzgarnos. Menos si de familia se trata.

Un amigo me mostraba lo que su mamá había dicho sobre su orientación sexual, fue muy directa y cortante cuando le dijo que si a él le daba orgullo ser gay a la familia no, entonces que por favor disimulara y dejara de publicar cosas referente a eso. Pensé por un momento que me iba a decir lo mal que se sentía por ello pero lo que noté fue que más bien sintió un dolor mezclado con costumbre e indiferencia. Una sensación parecida a la que tienen muchos cuando vienen a mi casa a hablar.

No está mal entender que no podemos hacer feliz a todo el mundo, lo que considero difícil es que lleguemos al punto de considerar que con nuestra familia no podemos contar. Que quienes se suponen son el modelo a seguir de amor, unión y apoyo, nos dan la espalda sin reparo, que nos oprimen, nos esconden, nos censuran y nos obligan muchas veces a vivir de la manera más cruel e infeliz.

Hace rato no escribía para este espacio y pensando en lo que he mencionado y en lo que me mostró un amigo, me doy cuenta que debo seguir, que aunque también tengo mis propios obstáculos por saltar y mis preocupaciones por tratar, debo sacar tiempo, fuerzas y ganas de trabajar para que algunos seres puedan vivir mejor, y como decimos en la asociación, para educar con amor.

Cada cosa que hago siempre va con muchos gramos de esperanza porque soy soñadora y positiva y creo que el mensaje llega a esas familias que quieren amar y no saben por dónde empezar.

@OlgaMateron 

 

Deja un comentario