¡Voy a parir como quiera y pueda!

Por Olga Materón 

Hace unos días tuve el placer de asistir a una exquisita charla que dio la Dra. Liliana Castro Morato, líder de la Fundación Camino Claro y la experiencia fue más que grata. La violencia obstétrica fue el tema central.

Es necesario que se abran más espacios donde empoderemos a la mujer y a la ciudadanía en temas tan naturales como la sexualidad, todos los hombres y las mujeres debemos conocer la importancia de gestar, parir, nacer y criar en la transformación social. partohumanizado

Aunque hay muy pocas investigaciones sobre el tema en Colombia, está la Ley 1257 del 2008  por ejemplo, que protege en cierta medida a la mujer de cualquier tipo de violencia, hay organizaciones y colectivos que luchan por lo mismo, sin embargo, en cuanto a la violencia obstétrica vemos un desconocimiento profundo desde como están construidas las clínicas hasta como los médicos, enfermeras y el personal de salud maneja el tema. Acá es cuando hablamos del trato al que es sometida la mujer durante la atención del parto en centros de salud, ¿Cómo son atendidas las mujeres que deciden interrumpir su embarazo dentro del marco legal colombiano? y la naturalidad con la que la mujer y la sociedad asume el hecho de sufrir y sentir dolor durante la labor de parto.

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Desde los 50´s venimos con la idea del parto hospitalario, pensando que es la única opción y que es lo mas ´sano´o lo más ´seguro´ pero es pertinente mencionar que para muchas familias, y muchas mujeres no es lo mismo esta dinámica a la que puede representar un parto humanizado y respetado, donde solo se considera a la cesárea como algo necesario si la vida del bebé o la madre corren algún peligro.

Muchas mujeres han decidido parir con placer, conocer su cuerpo, lo que les gusta, como les gusta, han decidido traer a sus hijos al mundo con satisfacción, con respeto y con naturalidad, exigiendo un trato justo y delicado, tranquilo y pausado. Recordando siempre que el parto es un evento sexual.

img14Encontramos un enfrentamiento claro para muchos y poco visible para otros, la rivalidad entre el derecho que tengo de darle teta a mi bebé hasta la edad que desee, el derecho de parir en un ambiente delicioso, fresco y agradable, con mi pareja al lado y el negocio cruel de la salud que regula e impone rituales para nuestras menstruaciones, nuestros partos, nuestras lactancias ¿Qué pasaría con el negocio de los tarros de leche si únicamente amamantamos a nuestros bebés?

Las universidades, los textos escolares y el sistema educativo como tal están iluminados por la industria farmacéutica, todos estamos impregnados con información conveniente producida por estas grandes industrias relacionadas con el sector de la salud.

Las mujeres, las futuras madres, los hombres y absolutamente todos debemos conocer nuestros derechos y tener presente que durante el parto no deben prohibir el acompañamiento de quien la mujer decida, no pueden negar o suspender la atención, no pueden obstaculizar el contacto inmediato con el bebé, no deben realizar múltiples tactos vaginales, obligar al ayuno estricto durante el trabajo de parto, no se debe golpear, dar nalgadas, abofetear ni nada relacionado. Las consecuencias de la violencia obstétrica atentan directamente contra la salud de la mujer, la salud mental de la materna y trae repercusiones en los vínculos con el nuevo ser.

Debemos mostrar que sí existen más formas de traer a los niños y niñas al mundo donde las mujeres tengamos el poder de decidir cómo hacerlo, donde podamos dejar la cultura patriarcal de lado y decirle a la sociedad que no somos un objeto, somos sujetos y que tenemos derecho al PLACER y el nacimiento de una vida debe estar lleno de ello, armonía, respeto, alegría y placer.

Si quieres mayor información puedes comunicarte a:

fundacioncaminoclarong@gmail.com

320 4057999

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